La primera fecha en las biografías que he encontrado de Typhareth data de 1994. La idea ya estaba en marcha, nos comenzábamos a reunir en Santurce, ya que la mayor parte de los miembros era de allí (Alex e Indio). Comenzaban las primeras sesiones de ruido en lo que llamábamos local de ensayo, pero que en realidad era un pequeño quiosco de chuches hecho de ladrillo, “insonorizado” con sus correspondientes cartones y corchos y sin ventilación de ningún tipo. Hacíamos versiones de los temas ultracortos de Napalm Death, además de alguno propio, y cuando ya no podíamos soportar más el calor y el aire insano, abríamos la puerta y descansábamos un rato a la vez que dábamos de comer a una rata que teníamos como vecina, la cual asomaba tímidamente desde una alcantarilla cercana.
Tras esta pequeña intro anecdótica, en la banda fue entrando gente nueva y saliendo otra. Con los locales de ensayo nos ocurrió algo parecido, porque según íbamos inaugurando uno (ya con más espacio y aire respirable), al mes alguien nos denunciaba por ruido, ocurría un desastre natural o algo parecido. Esta tónica se repitió cual maldición profética en la mayoría de los locales de la margen izquierda que íbamos ocupando. El destino nos llevaría más tarde a afincarnos de modo definitivo en Bilbao, en un local de la calle Prim, donde compartíamos espacio con Beer Mosh, Sucio Sistema, 6 metros bajo tierra entre otros; también nos echaron debido al gran número de denuncias que pusieron los vecinos a causa del ruido.
En esta época ya tocábamos casi semanalmente, compartiendo escenario con algunas de las bandas que estaban en circulación en ese momento. Uno de los conciertos que recuerdo de un modo más emblemático fue uno que dimos en una casa ocupa en Barrica “Txintxilandia”. Era nuestro primer bolo y compartimos cartel con Moorland, Demorior (ahora Cerebral Effusion) y Suffering Down. Entre el público se encontraba gente de From de Cross, Celebration Zine,… eran más veteranos y ya formaban parte de la escena metalera bilbaína que se gestó mayoritariamente, en el Gaztetxe de Bilbo. Era un buen momento para el Death Metal y todos queríamos participar activamente de un modo u otro.
Después de que nos desahuciaran del local de Prim, lejos de desmoralizarnos, aprovechamos el momento para entrar en el estudio; así nos aconsejó Xantos, que casi siempre estaba con nosotros (él militaba en Txernobilbo), ya que los temas tenían ya forma y la formación era estable, Rafa Rodríguez (guitarra), Tomás San Jose (guitarra), Iskandar Rementeria (Bajo), Eneko Fernández (Voz), F.C.O Javier Morlans (Batería) y Noemí Mendikote (Voz adicional). Habíamos conseguido nuestro propio estilo, un potente Death Metal, regado con melodías ocasionales.
Nos encontramos en el estudio con la cabeza llena de ideas, los bolsillos llenos de telarañas y dos días por delante en los que tendríamos que plasmar todo nuestro repertorio. Maesmaje Estudios, así se llamaba, un extraño lugar que estaba situado en San Ignacio; las esquinas y los techos del estudio estaban ocupados por televisores llenos de focos de colores, además, estaba repleto de aparatos analógicos, creo que lo único digital que había en aquel lugar era mi reloj Casio, con eso os digo todo. Disponíamos de un viejo piano el cual utilizaría Iskandar para la introducción de un tema. El domingo vino Raquel Díaz Lansac a añadir unas líneas de violín. Llegó la hora de grabar las voces y el productor nos echó a todos a la calle ya que era muy complicado ver cómo Eneko le gritaba al pobre micro, sin que al mismo tiempo se nos escapase alguna carcajada al resto del grupo. Fue un fin de semana muy intenso, me recuerdo con fiebre frente a la mesa de mezclas intentando, con poco éxito, controlar cada detalle. Finalmente el agotamiento hizo mella en todos nosotros.
Ya teníamos la maketa, cuyas copias nos financió Roberto Ortega, un amigo del barrio (Otxarkoaga), autor del libro Rock y Violencia. Teníamos bolo en el recientemente inaugurado Bilborock, y compartíamos tablas con Takikardia y Bliss. Ese día llevábamos las maketas calentitas y Ángel (cantante de Impure y S.P.D.T.) se encargó de venderlas; en esa época la gente compraba música, vendimos más de 40 maketas.
Al cuarto año de existencia del grupo la apatía comenzó a invadirnos como a muchos otros grupos de la época. Los 90 estaban terminando y Typhareth se diluía al mismo tiempo. Así y todo conseguimos grabar 3 canciones más, gracias a Ruben Ferrero (R.I.P.), en esos días se estaba iniciando como productor y quiso poner en marcha su nuevo multipistas. En las canciones ya se denotaba unas composiciones más maduras, pero los ensayos eran ya cada vez menos frecuentes y la banda ya no estaba tan bien engrasada, por lo que en la grabación se pueden apreciar diferentes fallos de interpretación. Por nostalgia hemos decidido incluirlos igualmente (los temas se encontraban grabados en una TDK que Eneko ha guardado como oro en paño todos estos años).
Para terminar no tengo nada más que agradecer a Unai Castrillo Sixto por currarse el perfil de Typhateth en Facebook, y a Juantxu de Brutal Arratia Records por su interés en reeditar la demo e iniciar así todo este proceso de recopilación de material.
Rapha Decline.